miércoles, 9 de julio de 2008

Asi, pues no hay que matarlas

Ayer, al señor Agustin lo echaron de su casa por culpa de una tarjeta de invitación para un masaje chino que su mujer encontró en su cartera.

Yo y todos los empleados de mi empresa tenemos una.

Pero vayamos por partes, el señor Agustin es camarero de las mañanas en el bar en el que me labro el sustento, hablamos de un hombre de unos cincuentaitantos años, bajito, algo regordete, calvo y por si fuera poco es el único camarero que conozco con mediamano, si, tiene unos deditos perversos, cortitos como los de un niño pequeño, todos en la mano derecha.

También viste ojos azules con una mirada picarona acorde a su sonrisa, que a pesar de su edad, le da un carisma picaron que impide verlo solo como un viejo verde.

Si después de 17 años tu mujer te echa de casa......que habrás echo en todo ese tiempo hombre.

Tal situación, por supuesto, rompe la tedia de la cotidianidad de un bar. Así que se desato un oleaje oscuro de opiniones gratuitas en las que se podían leer frases enteras en la cresta.

Cuando algo mas grave que quedarse sin coca-cola y menos serio que la muerte de un hijo sucede en un ambiente impregnado de sencillez mundana, es cuando ves algo de la naturaleza de los que te rodean.

Y alli estan ellos, los que me acosan desde mi adolescencia. Los islámicos.
Hablamos constantemente de culturas y razas como si de un videojuego se tratara, todos sabemos de gente que habla de abducciones y operaciones quirúrgicas sin rastro llevadas a cabo por hombrecillos verdes, pero ¿os imaginais por un momento disponer del operado en cuestión? Solo por un instante tenerlo delante vuestro y poder hablar con el.

Es maravilloso, teneis que creerme, hablamos de guerras y no conocemos a nadie que haya matado en una para proteger a sus hijos, hablamos de los nazis y nunca hemos visto a nadie que haya hecho algo parecido a pegarle una paliza a un negro.

Pero hay esta El, compañero de fogones, sujeto de estudio, islamista, integrista, extremista, chiita y mas que aun no he descubierto.

Nunca una mujer me llamo infiel pero el lo hizo y con mayúsculas.

Hay que comprender que en su mente no cabía la posibilidad que una mujer echara al pobre Agustin de casa. Resumiré el monologo en seis frases suficientemente representatibas.

  1. "Esto es por culpa de la mierda de leyes de este país y de la igualdad"
  2. "Si es que por cualquier cosa te juzgan y le has de dar el piso, tus hijos y dinero cada mes"
  3. "Claro, cuando lo has perdido todo pos que vas ha hacer, vas y la matas, si ya no tienes nada que perder, al menos salvas el orgullo.
  4. "En mi país esto no pasa, como las tenemos dominadas" - Hay que decir, que ante la estupefacción de los presentes, le dio un especie de risa forzada no se si para colarlo como, es broma, je, es broma o fue por sentirse incomprendido. - " Pues al hacer lo que les dices, pues claro, no pasan estas cosas y luego no hay que matarlas"
  5. "No, pero si es verdad, en serio, en mi país no no se matan a tantas mujeres como en España y es por eso, su padre le dice con quien casarse y su marido que haga lo que quiera con ella y ya esta, así no hay problemas"
  6. "No, ha ver, que yo no es que sea machista, es que es asi....vaya....vosotros ya me entendéis....¿no?









Claro que te entendemos hombre.....como no, je, je, esto.... como no....claro.

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